Un reciente estudio de la Universidad de Oxford realizó un seguimiento de 85.000 personas que llevaban dispositivos de seguimiento de la salud durante seis años. He aquí algunos resultados:
- Caminar 5.000 pasos/día redujo el riesgo de cáncer en 11%.
- Caminar 7.000 pasos/día redujo el riesgo de cáncer en 16%.
- A partir de los 9.000 pasos, la reducción del riesgo se estabilizó.
- El ritmo de la marcha no afectó a estos resultados.
La Sociedad Americana del Cáncer afirma que la actividad física puede ayudar a regular algunas hormonas que contribuyen al desarrollo del cáncer y a mantener sano el sistema inmunitario. El ejercicio regular se asocia a un menor riesgo de cáncer de mama, próstata, colon, endometrio y, posiblemente, páncreas.
El estudio de la Universidad de Oxford analizó los cánceres de esófago, hígado, pulmón, riñón, estómago, endometrio, leucemia mieloide, mieloma, colon, cabeza y cuello, recto, vejiga y mama. Al cabo de seis años, aproximadamente el 3% de los participantes desarrollaron uno de esos cánceres.
Ya he hablado antes de este tema, pero permítanme reiterarlo: caminar en sí mismo no tiene nada de especial. He aquí por qué el conteo de pasos es tan popular:
- Caminar es movimiento, y el movimiento es muy beneficioso.
- Los pasos son fácilmente medibles. Lo que puede medirse puede ser objeto de seguimiento. Lo que se controla puede mejorarse.
Si no te gustan los pasos, busca otra forma de moverte. Pero recuerda: una clave importante para mejorar la salud es moverse con regularidad y más.